POR SOBRE TODO, LA UNIVERSIDAD

Los malhadados hechos que han alterado la vida de la UIS demandan la necesidad de hacer la más rotunda claridad sobre el asunto, tal como lo exige la opinión pública y la imagen misma de tan prestigioso centro académico, para desvanecer hasta el más mínimo resquicio de sospecha. Así mismo representa la gran oportunidad para que esta valiosa comunidad y sus organismos de gobierno, sitúen la mira en la salvaguarda de la institucionalidad, por encima de cualquier interés o consideración particular.

Es en estas situaciones cruciales donde se impone el espíritu de grandeza y de desprendimiento en favor de los intereses institucionales. Es el momento de la gran responsabilidad de sus directivos para despejar la confusión y restituir el cauce de normalidad que haga viable la compleja tarea misional de construir conocimiento y cumplir su función educadora.

Esta es la actitud que se debe recuperar cuanto antes, para asumir con serenidad, apartando las pasiones que han despertado estos hechos, el análisis de las hojas de vida y ejecutorias de los candidatos a la rectoría y, proceder al estudio, discusión y evaluación de sus propuestas, para que se pueda escoger a la persona que mejor convenga al Alma Máter que, por su prestancia social, demanda de su rector no sólo la mejor calidad académica sino la seguridad de que procederá con la transparencia de quien se convierte en ejemplo de rectitud por la misma dignidad de su investidura.

Se espera que la comunidad actúe con madurez en la consulta programada y que el Consejo Superior acierte con su mejor sabiduría respecto a la persona que va a dirigir los destinos de la Universidad; que nada enturbie el camino de esta generosa Institución para que pueda proseguir ejerciendo el noble destino que le ha encomendado la sociedad como jalonadora de su bienestar y progreso.

Cada uno desde su interior debe sopesar el sentido de su compromiso con la estabilidad de la Universidad Industrial de Santander. Cada cual debe asumir a conciencia la actuación que más contribuya a la preservación de la tranquilidad del colectivo. Encarar esta responsabilidad con la mayor entereza es lo que exige este momento crucial de la vida universitaria.

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