LA CONSULTA LIBERAL EN PERSPECTIVA

La consulta liberal del pasado 27 de septiembre llegó a 1.400.000 votos y conviene ahora recordar que en las elecciones parlamentarias de 2006 votaron 1.436.677 personas por listas liberales y en las últimas presidenciales el candidato liberal obtuvo 1.404.235 sufragios, es decir que la votación del partido se mantiene constante. Esta consulta se hizo coincidir con la elección de directorios departamentales y municipales ante lo cual, la presencia de votantes estuvo fundamentalmente motivada y alentada por los políticos que pugnaban por tener presencia en esos directorios, que van a configurar las listas de aspirantes al Congreso.

Entonces, no es aceptable la consideración de que fue excesivamente baja la participación y mal puede dársele la interpretación de que era una especie de plebiscito en torno a la favorabilidad del presidente.

Al doctor Pardo lo eligió candidato liberal la base electoral del partido y su futuro depende de su capacidad de convocatoria a los liberales independientes, a los que no se sienten interpretados por los políticos tradicionales, a los que militan en otros partidos y el voto de opinión.

En sus primeras declaraciones se ha mostrado abierto y receptivo a la posibilidad de entendimientos con otros partidos, se ha presentado ecuánime, sin vacuos triunfalismos y enteramente realista. Si bien esta posición es razonable, no conviene desgastarse prematuramente en los aspectos mecánicos de estas posibles alianzas por cuanto nadie tomará decisiones hasta que se produzca la definición del referendo por la Corte Constitucional, se valide por votación popular y se tenga así, completo el panorama político de las próximas elecciones presidenciales.

Mientras tanto, debería ahondar en el proceso de consolidación interna del partido; lograr que todos acojan, como es natural, el mandato expresado en la consulta; y sobre todo iniciar una adecuada y desapasionada pedagogía acerca de la inconveniencia de la nueva reelección de cara a nuestra salud democrática.

Si bien hay que darle continuidad a los buenos logros gubernamentales en seguridad, son muchas las cosas que es preciso corregir. No podemos seguir por el camino que parece abrirse paso según el cual, por elegir una autoridad como la que irradia Uribe, que le gusta tanto a tantos colombianos, terminemos eligiendo la anarquía de una corrupción invasiva.