LA IMPORTANCIA DEL CENTRO

Álvaro BELTRÁN PINZÓN
abeltranp@hotmail.com

De cara a las definiciones que se avecinan en la vida nacional, se ha generado la natural discusión sobre cuál debería ser la alternativa más conveniente para el país, y se aprecia una creciente polarización de la política, desde cuyos extremos se levantan voces que señalan a las posiciones centristas como carentes de convicciones, sin reparar que, en la actual coyuntura, el centro constituye una opción estratégica por su condición abierta a la comprensión de las más amplias posturas ideológicas.

No se aboga, desde luego, por una posición de transacciones y de conveniencias, que obedezca al cálculo oportunista de los llamados empresarios de la política, sino a la más genuina convicción de que las opciones liberales tienen espacio vital, en tanto es acción ceñida a los principios de una democracia amplia, participativa e incluyente, que puede generar un gran acuerdo nacional. Es decir, el ejercicio de una ciudadanía responsable, sustentada en la más clara conciencia de que ahora tenemos que actuar de cara a la vida futura, más atenidos a los principios modernos, reguladores de la vida social.

En el contexto de estas discusiones, se presenta la carta de Enrique Gómez Hurtado al Director del Partido Conservador que, si bien apela a las más antiguas formas de la exclusión y del señalamiento despectivo, no deja de ser interesante pues también se sitúa como parte de las disímiles posiciones que cada vez levantan la voz con más firmeza en contra de la reelección presidencial indefinida, y vuelve a abogar por un Acuerdo sobre lo fundamental, como pretendía su hermano Álvaro.
Un debate, por lo demás necesario, que también representa un reto para nuestra política local, necesitada de ideas renovadoras y del trabajo pensante y programático que contribuyan a la recuperación del ya lejano liderazgo santandereano en el ámbito de la vida nacional.

Tenemos ahí una tarea grande, y la contienda política que se avecina no nos puede tomar en actitud de marginalidad, ni de negligencia ciudadana, por cuanto es preciso evitar que los que viven de la política, tranquilamente se acomoden de espaldas a los intereses nacionales, continúen disfrutando de un atractivo salario y de posibilidades para derivar beneficios particulares ó prácticas clientelistas.

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